Mucha simpatía y mucha sensualidad. Eso es lo primero que se encuentra quienes se acercan a mí. Después, al poco de tratarme, descubren que detrás de mi innegable atractivo físico se encuentra una mujer dulce, cariñosa y muy educada, alguien que sabe convertir cualquier experiencia compartida en algo muy especial, mágico e inolvidable. Es entonces cuando convierten mi nombre, Tyffany, en sinónimo de relax, risas, buen rollo y placer. Y cuando mi nombre queda por siempre anotado en sus agendas.