Los rostros femeninos de aparente inocencia siempre han resultado muy atractivos. Y lo son más todavía si se intuye que esa inocencia es sólo aparente. Ése dicen, es uno de mis grandes encantos. Tengo muchos más y quien los descubre no tarda en hacerse adicto a mí. Me llamo Kylie, soy venezolana y estoy en esta maravillosa ciudad para hacer realidad mis sueños. ¿Que cuáles son? Conocer mucha gente y hacer nuevos amigos con los que vivir el tipo de aventuras que a mí me gustan, ésas que te hacen olvidarte de pasado y futuro y que convierten el presente en puro latido. Cercana y cariñosa, puedo ser muy, muy dulce. ¿Qué necesito para ello? Sentirme sumergida en un ambiente amigable y respetuoso. Cuando me siento protagonista de un ambiente así, dejo que mi yo más auténtico aflore. Quien lo conoce no lo olvida.