Las formas del placer sexual son muy variadas y hay prácticas sexuales para todos los gustos. Una de las que puede resultar más chocante para mucha gente es la que recibe el nombre de beso negro o annilingus.
¿Qué es el beso negro? Con este nombre se conoce dentro del universo de las prácticas sexuales la estimulación con la boca y la lengua de la zona anal de la pareja con fines eróticos y persiguiendo el placer mutuo. Es decir: hablar de beso negro o anilingus es hablar de la estimulación oral del esfínter anal.
Son muchas las personas que tienen prejuicios ante esta práctica. El que la zona que debe ser estimulada con labios y lengua sea zona habitual de tránsito de las heces echa a muchas personas para atrás a la hora de atreverse a practicar el rimming, esta forma de estimulación sexual que estaría englobada dentro del sexo oral.
Los defensores de ella, si embargo, utilizan un argumento irrefutable para animar a su práctica. El ano, afirman, es una zona en la que confluyen muchas terminaciones nerviosas. Eso implica que sea una zona muy sensible y que, por tanto, bien estimulada, puede ser una zona corporal fuente de mucho placer.
Explicado qué es un beso negro, vamos a dar en este post una serie de consejos para practicarlo con seguridad y para extraer de él el máximo placer.
Beso negro: consejos para practicarlo
El primer consejo que queremos dar sobre la práctica del rimming es un consejo que puede y debe aplicarse a cualquier tipo de práctica sexual. Ese consejo (que más que consejo es una máxima que debería respetarse siempre es el siguiente: en el sexo, nada debe hacerse por obligación. Es decir: cualquier tipo de práctica sexual sólo debe ser llevada a cabo desde la libertad y la apetencia.
El rimming no escapa a este mandato. El annilingus no debe practicarse por obligación. Se debe llegar a él si verdaderamente apetece practicarlo.
El segundo consejo se resume en una única palabra: higiene. Es cierto que ésta se recomienda siempre cuando se habla de sexo, pero en el caso del rimming la higiene de la zona es doblemente imperativa. El ano no sólo es una zona corporal muy sensible, también es una zona que puede tener bacterias como el E. Coli o la salmonela. Por eso es necesario limpiarlo bien antes de practicar el annilingus. ¿Cómo? Simplemente, con agua y jabón.
Hay quien recomienda también realizar una ducha anal, pero creemos que el uso de un enema es excesivo para la práctica del beso negro. En cualquier caso, quien se sienta más cómodo recurriendo al enema como forma de higiene anal antes de practicar el rimming puede hacerlo. Faltaría más. Como hemos indicado anteriormente, el sexo debe ser el territorio de la libertad.
Una buena manera de extremar la higiene al realizar besos negros es utilizar una barrera de látex. Las hay con sabores que sirven para dar un toque especial al lengüeteo. En caso de no disponer de una de estas barreras, se puede recurrir a cortar a lo largo un preservativo normal y corriente.
La función principal de la barrera de látex es proteger del contagio de enfermedades de transmisión sexual como pueden ser la clamidia, la gonorrea, el herpes genital, la sífilis o el VIH.
Otro consejo a tener en cuenta cuando quien recibe el rimming es una chica es que no se debe chupar ni lamer alternativamente ano y vagina, pues se pueden llevar bacterias de uno a la otra y provocar una infección.
Vistos los consejos básicos para practicar el beso negro, vamos a proporcionar algunas ideas sobre cómo practicarlo.
¿Cómo hacer un beso negro?
¿Cómo debe practicarse el rimming? Primeramente y como cualquier otra práctica sexual, sin prisas. Las prisas, en el sexo, nunca son buenas consejeras.
La parte activa debe proceder con calma y estimulando lentamente los alrededores del ano. Eso hará que la parte pasiva pueda relajarse y pueda, también, sentirse cómoda. Una vez lo esté, el placer irá aumentando progresivamente.
Para conseguirlo, la parte activa deberá realizar movimientos circulares con la lengua combinándolos con movimientos arriba y abajo. Los movimientos deberán ser, de forma más o menos alternativa, más y menos profundos.
Hay muchas personas que, al realizar este tipo de estimulación, intentan convertir la lengua en una especie de pene. No es necesario. Al fin y al cabo, la inmensa mayoría de las terminaciones nerviosas se encuentran en el exterior del ano. Es ahí, y no dentro de él, donde debe realizarse la estimulación.
No hace falta recalcar que, como en toda práctica sexual, la comunicación entre los miembros de la pareja es fundamental. Es muy immportante hablar e indicar al otro lo que va bien y lo que no y, por encima de todo, lo que apetece y lo que no.
Una buena idea para dar un extra de placer al anilingus es, al mismo tiempo que se practica éste, estimular la vagina, el clítoris o el pene, dependiendo, lógicamente, del género de la parte pasiva.
La estimulación del clítoris, la vagina o el pene mientras se practica el rimming puede realizarse o bien con la mano o bien con algún tipo de juguete sexual. Utilizar un estimulador o un succionador de clítoris, un dildo, un vibrador o un masturbador masculino es una excelente manera de incrementar el placer experimentado por la persona a quien le hacen un beso negro.
Otra buena opción es practicar el beso negro mutuo. Es decir: adoptar una postura que, al igual que sucede con el clásico 69, permita a los dos miembros de la pareja actuar al mismo tiempo como parte activa y pasiva de esta práctica sexual. En el caso del rimming, la postura tendría el nombre de doble cero. La única pega de esta práctica tan placentera es que exige una cierta flexibilidad corporal para poder ser llevada a cabo. Lo más habitual, sin duda, y lo más cómodo, es recurrir a la postura del perrito.
Las sensaciones del anilingus
Las sensaciones del anilingus pueden ser intensamente placenteras para muchas personas. La estimulación oral del área anal puede provocar una variedad de sensaciones, desde la excitación y el placer hasta la relajación y el cosquilleo. Algunas personas experimentan una sensación de intimidad y conexión emocional profunda al recibir anilingus, ya que es una forma de explorar y disfrutar de una parte altamente sensual del cuerpo de su pareja.
Para quienes realizan el anilingus, también pueden experimentar una sensación de poder y control, ya que están brindando placer a su pareja de una manera muy íntima y personal. Además, la lengua y los labios son extremadamente sensibles, lo que permite explorar y estimular el área anal de una manera suave y delicada.
En resumen, las sensaciones del anilingus pueden ser altamente placenteras y emocionalmente gratificantes para muchas personas, aunque es importante practicarlo de forma segura y consensuada. Como en cualquier actividad sexual, la comunicación abierta y el respeto mutuo son clave para disfrutar al máximo de esta práctica.
